Viaje-aventura
Tenía unos días de vacaciones y teniendo en cuenta que es el centenario Gaudí, decidí ir a Barcelona. Compré una guía, hice acopio de folletos en Blanquerna(1) y luego entre el catarro, las compañías aéreas y las ferias me fui a Valencia en tren y sin documentación. ¡A la aventura!
Cuando llevábamos 3 horas en el Alaris mirando el paisaje, porque no hay quien duerma en esos asientos, el tren se detuvo en Játiva y llamamos a unos amigos, que tienen familia en la ciudad y gustan de ponernos los dientes largos con sus escapadas, con ánimo de devolverles la pelota al grito de "¿A qué no sabeis donde estamos? En Játiva", a lo que nos respondieron "Pues bajaros y nos damos una vuelta". El tren arrancó antes de que pudiéramos reaccionar.
Media hora más tarde y ya recuperados del pasmo llegamos a Valencia, cogemos un taxi y decimos "Al hotel Holiday Inn, por favor" y el taxista nos responde "Hay 4, ¿a cual de ellos?" milagrosamente recordé la dirección, llegamos, nos dieron la llave-tarjeta, subimos al piso, abrimos la puerta y nos encontramos una cama desecha y una voz en off que hablaba por teléfono, reculamos sin decir ni pío y mi marido bajó a recepción donde le convencieron de que había un mensaje de bienvenida en el televisor y que sin duda esto nos había confundido, repetimos la operación confirmando que la habitación estaba sin preparar y bajamos a recepción reclamando a voces la presencia del encargado, el cual aguantó el chaparrón y nos acompañó a una nueva habitación con la conocida letanía "les ruego nos disculpen", "no se cómo ha podido pasar", "ahora mismo voy a averiguar que ha ocurrido". Sólo era la una de la tarde y yo pensaba "¿Susto o muerte?" pero no hubo más sorpresas y el resto del día transcurrió felizmente, nos proveímos de folletos en la oficina de turismo y dimos un paseo por la Malvarosa que serenó nuestro espíritu.
Al día siguiente visitamos a nuestros amigos en Játiva dimos un paseo por el casco antiguo en parte restaurado y en parte destrozado, y nos tomamos un café en el Mont Sant(2) uno de esos hoteles con encanto con pocas habitaciones, preciosas vistas y excelente cocina, según nos contaron quienes la habían probado, que hacen que recuerdes tu hotel pensando ¿por qué tiene 4 estrellas un hotel con los marcos de cartón forrado de papel que imita madera y unas vistas que justifican la suciedad de los cristales?. Fue un día estupendo aunque cuando llegamos a nuestra habitación descubrimos que con esto de que tu colaboras con el medio ambiente y ellos se ahorran una pasta en lavandería se habían hecho un lío y nos faltaban toallas.
El día y medio que nos quedaba lo dedicamos a Valencia visitamos la Ciudad de las Artes y las Ciencias que me gustó muchísimo desde el punto de vista arquitectónico, aún falta el auditorio y el oceanario y pienso volver cuando lo acaben. El museo fallero muestra los carteles anunciadores de las fiestas y los ninots indultados, así como las diversas técnicas empleadas en la construcción de las fallas a lo largo de los años, es algo que sólo está aquí y merece la pena visitar. El museo nacional de cerámica ocupa un piso del palacio del marqués de Dos Aguas el resto muestra la vivienda de la familia y contiene carruajes, muebles y pinturas muchas de ellas originales, me gusta visitar casas porque te da una idea de la forma de vida de la gente que las habitó. También paseamos por el casco histórico y el jardín botánico, y entramos en el mercado central que es muy grande y está lleno de cosas ricas y en la lonja que tiene unas columnas muy altas y un jardín interior relajante. En fin, que me gustó mucho, siguiendo la letra de la famosa canción "Valencia es la tierra de las flores, de la luz y del amor" diré que el amor me lo llevé puesto porque en esto hay que asegurar, y que no se deben esperar flores a finales de octubre salvo en los cementerios, pero que la luz es magnífica, la luz lo envuelve y lo embellece todo.
Como anécdota final del hotel he de comentar que el tercer y último día pusieron todas las toallas pero no cambiaron las sábanas y esto ya me pareció francamente mal, me dio por pensar si el servicio de habitaciones se enteraba de cuando entraba un nuevo ocupante y me picaba todo el cuerpo, así que no puedo recomendar el hotel pero a cambio aconsejo dos restaurantes: "El Ensanche"(3) cocina mediterránea imaginativa pero sin pasarse donde ponen un "arroz meloso con brocheta de gambas y calamares" de caerse y "Don Salvatore"(4) un italiano muy bueno que según la factura es propiedad de un tal Jonathan Yankey Yankey que no me negareis que tiene guasa.
Más relatos de Mabeco, pulsar aquí
e-mail de contacto: mabeco@ya.com
(1) Oficina de turismo en Madrid, C/ Serrano 1.
(2) Hotel Mont Sant, Subida al Castillo, s/n.
http://www.servidex.com/montsant/
(3)C/ Salamanca 26, 963 340 670.
(4) C/ Conde Altea 41, 963 341 304.