Talayuela

Ya he contado en otros relatos mi esforzada vida en el golf en la que porto la bolsa de palos como si fuera una cruz. El día que Dios repartió psicomotricidad estaba yo ensimismada en otras cosas y me quedé sin un ápice de esa cualidad tan importante para tener un buen swing . La torpeza para coordinar los movimientos la suplo a fuerza de tesón y clases de golf.

Todos los meses juego un torneo de golf y el del mes de febrero fue en Talayuela (1) que tiene un campo precioso(2), tan salvaje que no tiene ni casa club, tan sólo un barracón para albergar las oficinas. La zona en la que está ubicado es digna de un Emperador, porque cerca de allí está el Monasterio de Yuste, lugar de retiro de Carlos.

Las previsiones meteorológicas para el fin de semana eran de mal tiempo para la Península y aconsejaban no viajar, pero haciendo caso omiso nos fuimos a pasar la noche del viernes a Talayuela para no pegarnos un madrugón. Me invadía la duda de la calidad del único hostal del pueblo en el que tenía reservada una habitación doble por un módico precio. Cuando llegamos se despejaron las incógnitas, el hostal era espantoso y la habitación estaba helada. Nos fuimos a cenar pero en los bares sólo se bebía y tuvimos que rastrear como sabuesos para localizar un sitio en el que nos dieran de comer.

A la mañana siguiente amaneció nublado pero con buena temperatura. Por la dificultad del campo se jugaba con un handicap mayor. Salimos al tiro, cada grupo desde un hoyo. El campo tenía una dificultad nunca antes vista por mí; las distancias eran enormes(3): el agua estaba omnipresente en distintas modalidades de lagos y arroyos, con abundante presencia de encinas y robles pero no por ello exento de trampas de arena.

Jugué muy mal, apenas puntué en los pares tres que eran largos y difíciles, perdiendo la oportunidad que brindan estos hoyos. De los pares cuatro y cinco, si hacía una buena salida, el approach era espantoso o fallaba en el green. Resultado: three points como dicen en Eurovisión, pero no queda ahí la cosa....

Cuando finalizamos el juego estábamos en el hoyo más alejado del barracón-casa-club. El plano que nos dieron tenía los números de los hoyos en tamaño pulga y ninguna de las jugadoras llevamos las gafas de leer(4). Como consecuencia nos perdimos en el campo como pulgarcito y tuvieron que venir los maridos con unos buggies a rescatarnos. Cuando llegamos al restaurante ya estaban los demás sentados y comiendo a dos carrillos. Conforme entrábamos aplaudían con mucha guasa y hacían la ola. Pero por supuesto que aún hay más.....

La comida fue tan espantosa como la habitación del hostal(5) y a los postres, como siempre, se entregaron los trofeos a los ganadores. En este torneo una socia del club era a la vez promotora. Se había dotado un premio para el driver más largo tanto para damas como para los caballeros. Sin embargo, solo se avisó del premio a los caballeros por lo que quedó desierto el de las damas. La promotora tuvo la feliz idea de que el trofeo se entregara a la " forra bolas "(6) femenina pensando que sería para una amiga suya. Pero no, no fue para su amiga, fue para mí. Muerta de vergüenza tuve que recoger mi primer trofeo de golf.

Nunca pensé que me escociese tanto ganar un precioso juego de pluma y bolígrafo que siempre me recordará este sábado de carnaval.

 

Lula

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(1) Provincia de Cáceres, situada en el valle del Tiétar en la ladera sur de la sierra de Gredos. Zona de cultivo de tabaco.
(2) Así dice la publicidad: Diseñado por Severiano Ballesteros , 18.000 m2 de greenes, 18 hoyos, 3 lagos y 9 arroyos con robles y encinas, con unas vistas espectaculares, a los pies de la sierra de Gredos. Cumple todos los requisitos para celebrar grandes torneos.
(3) Los pares 3 de 200 metros, ya me dirás.
(4) Dada la distancia que alcanzan las bolas que juego no preciso gafas de cerca ni de lejos. Las vería un ciego.
(5) Suspendida Talayuela en turismo. Allí hace falta que alguien les oriente porque la zona tiene mucho potencial pero ahora es yermo de servicios.
(6) Denominación para la peor jugadora o última clasificada, como se quiera ver.