Elecciones 2003: Reina por un día
Continuación de Episodio II: Nudo
Episodio III: Desenlace
20:00 Cierra el chiringo
Le recordamos al guardia que vaya aligerando al personal. Pronuncio las palabras mágicas "Se va a terminar la votación" (también un poco alto de volumen, pero el resto de mesas están ya acostumbrados). Vota la mesa, esto es, yo; la vocal segunda indica que ella no quiere votar y el vocal primero se da una vuelta por donde las papeletas y vuelve diciendo que no le convence el material y que no vota; votan los interventores y metemos los votos por correo. Ya está todo.
Apertura solemne de urna. Al igual del resto de mesas empezamos siguiendo escrupulosamente el manual: el presidente coge un sobre, lo abre, lee en alto la candidatura y lo enseña al resto de la mesa y electores. A este ritmo, toda la noche. Empiezan a involucrarse el resto de vocales, seguimos lentos. Resultado final, todos escrutando, incluidos interventores. Nos repartimos el conteo de los votos (al menos me aseguro de que cada candidatura las cuente interventor y miembro de la mesa).
Sólo un voto nulo (un anuncio de loft
de 25 metros cuadrados en venta por 16 milloncejos del ala
para poder disfrutar de ratonera en propiedad). Todo cuadra.
Aplausos y abrazos. Mirada entre desdeñosa y envidiosa
de otras mesas.
Guardamos los papeles.
La representante de la Administración viene a por los datos. Ante la pregunta de cuantos votos para "Un altra democràcia es possible" preguntamos "¿los del váter?" "Sí" "Cero votos". Esta candidatura tenía como logotipo una taza de váter con una mano metiendo un sobre.
22:00 (aprox.). El cocherito, leré
Interventores y vocales se van liberando. Comienza
la "Soledad del Manager". Las graves responsabilidades
del presidente de mesa exigen que lleve personalmente todos
los papelujos de actas a los juzgados acompañado de
las fuerzas de seguridad del Estado.
Pregunto al Guardia Urbano, que a estas alturas está
ya desmadejado. Me indica que allá yo si quiero esperar
al coche de la Policía Nacional porque llegan, si es
que llegan, a eso de las doce o la una; que lo que hace la
gente es pillarse un taxi entre varios presidentes. Con la
experiencia del "catering" en el cuerpo,
opto por arriesgarme a que me roben las actas. Además,
ya va habiendo hambre, porque el catering de por la noche
ha sido tan abundante como el del mediodía.
Los de la mesa de enfrente también han acabado y la presidenta se me ofrece a ir en el coche porque tiene a su marido esperando con el automóvil en marcha para ir para allá. Acepto de forma inmediata. Cuando ya esperaba llevarme de recuerdo el tampón que me habían dado (vamos, robar a la Administración), viene el de Correos a por él (los reutilizan, los tíos rácanos).
10:15 Pleitos tengas...
A la carrera por Barcelona para llegar a los únicos juzgados en donde se entregan actas, antes de que hagan su aparición el grueso de presidentes. Vía Laietana colapsada. Nos bajamos del coche antes de llegar porque andando se tarda menos. Carreras atropelladas y cola espectacular de todos los presidentes a los que ya les han cuadrado los votos. Según pasan presidentes con sus sobres marrones (si no había 500 presidentes todos juntos, no había ninguno) palabras sueltas en el aire... "humillante...", "inhumano" "burla", "hambre".
Afortunadamente, la cola avanza rápido. Desconcierto en los juzgados. Nos toca en el piso primero, pero como buen edificio de la Administración está lleno de recovecos y plantas raras (después de la planta baja, está el entresuelo y luego otra planta que no es la primera y en la primera, o sea, la segunda, hay que subir unas escaleras que no dan a la segunda planta nominal, sino a un anexo de la primera donde está escondido nuestro tribunal).
Acabamos exhaustos; llama mi compañera a su marido y a la salida nos acompaña al parking donde había dejado el coche (en el quinto infierno, porque todo estaba impracticable de coches).
23:00 La carroza se vuelve calabaza
En el coche perdemos la condición de Autoridad Pública de la que hemos sido investidos y escuchamos atónitos cómo en Muxía ha ganado el PP y la Botella estrena cargo de concejala de caridad con los pobres. Los militantes del PP celebrándolo en la calle Génova cantando el himno americano (¿alguien se sabe el himno americano?). Llego a casa y no tengo ganas de escuchar los resultados. Como dice la canción: "Vamos a la cama, que hay que descansar, para que mañana podamos madrugar".
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