Metafísica de andar por casa

Un sábado por la mañana me dirigí a la pila de papel para reciclar con objeto de disponer de material adecuado para componer la lista de la compra. Tomé una hoja escrita tan solo por una cara, en la que pude distinguir la alargada caligrafía de mi hija la erudita. Como buena hija de Eva que soy, la curiosidad me llevó a leer el folio. Conforme iba leyendo, las pupilas se me dilataban, a la vez que la boca se me abría dándome una expresión más de bobalicona que de asombrada. No era una carta de amor, eran sus apuntes de metafísica.

Después de leer la hoja y con riesgo de llegar tarde al supermercado, me puse a reflexionar sobre el sujeto capaz de generar tan retorcidos pensamientos. Semejante individuo no debería andar, sino levitar. Y aunque su carencia de pragmatismo le impidiera hacerse un huevo frito(1), seguramente cobraría derechos de autor por sus desvaríos. Me quedé, con mi mentalidad técnica, haciéndome cruces(2), pensando y dándole vueltas hasta que llegué a la conclusión que la existencia se conjuga con tres verbos: ser, estar y hacer.

El ser lo es por su cuna. Sólo algunos, por el simple hecho de nacer, ya son; a los otros les queda un largo camino. Los que conjugan el verbo ser, no precisan conjugar ningún verbo que entrañe esfuerzo. Esa ventaja competitiva no puede ser igualada por los verbos estar y hacer. Un claro ejemplo es que nos referimos a ellos con el verbo ser: es un Díaz de Cañavate y López de Bustamante..

En el segundo nivel tenemos a los que el destino les negó el ser, pero quieren estar como si fueran. Siguiendo las leyes de la hidalguía, no se pueden mancillar con el trabajo físico, por lo que tienen que desarrollar una mente manipuladora que les permita, sin aparente esfuerzo, alcanzar la cima. Nunca un colectivo ha trabajado tanto para no hacer nada. Cuando se habla de ellos se dice: Fulanito está muy bien situado..

El sustrato más profundo está formado por los ingenuos que creyeron que conjugando el verbo hacer se llegaba a parte alguna. Tras años de deambular haciendo cosas para los que están o los que son, tan solo recibieron el justo castigo por su actitud hacendosa. Podréis identificar que se habla de ellos cuando alguien que está o es dice con ironía: ¿Ramírez?, ya ves, haciendo siempre las mismas tonterías, no sé como no se cansa..

Y llegado a este punto, comprendo la profundidad del pensamiento del dúo humorístico Cruz y Raya cuando dicen:

Si hay que hacer se hace, pero hacer para ná es tontería

Lula

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(1) Seguramente entraría en un debate interno sobre si fue primero la gallina o el huevo.
(2) Poco coherente la ciencia con la religión, pero la enseñanza religiosa en la infancia deja mucho poso.