La otra cara del miedo

Hace poco pude asistir a una magnífica clase de Master que impartió Pilar Jericó sobre el Miedo vs. NoMiedo que me hizo reflexionar y decidirme a escribir sobre la otra cara del miedo que es la risa. Según el análisis de Pilar los cuatro jinetes del miedo son:

  1. La agresividad que cabalga sobre la inseguridad y la falta de confianza en uno mismo
  2. La huida cuya montura está presta a escapar ante cualquier compromiso
  3. La parálisis que monta el caballo de hielo del inmovilismo
  4. La sumisión que va a lomos del asno cabizbajo de la renuncia a uno mismo

Después de sufrir durante años a los malandrines de la gestión, unos agresivos, otros huidizos, algunos inamovibles y los más sumisos, no me dejaré llevar por la lástima aunque pudieran ser unas pobres víctimas de sus limitaciones. El daño que me causaron y que siguen causando a otra gente necesita ser contrarestado con un antídoto: Reírse de ellos.

El humor es la válvula de escape contra el sufrimiento que generan esos jefes odiados por sus colaboradores a fuerza de sufrir sus desmanes. Gracias a ese recurso, basado en el ingenio, se neutralizan las malas vibraciones y se libera ese tesoro que es la risa. Fruto del humor son los sobrenombres que reciben los aborrecidos mandamases que desde su burbuja no se enteran de cómo son objeto de bufa y mofa. En mi entorno laboral he conocido ejemplos brillantes de motes de los que lamentablemente no soy autora, solo rapsoda:

Uno de los más recientes casos es un "galáctico" que contrataron como director de I+D que va por la empresa pisando callos y cortando cuellos, mientras que al exterior proyecta una imagen 2.0. Sus sueños de seductor le mueven a ir dejando rastros digitales de sus viajes por todo el mundo con sus exóticas parejas. Cultiva una imagen de moderno gurú llevando la cabeza rapada, una figura estilizada en la que predominaba el color negro y unas gafas de gruesa montura del mismo color. Él se cree de lo más cool pero lo que no sabe es que todos le llaman MORTADELO !!!!

Hace tiempo había un gerente competente y de trato agradable, cuyo director se llamaba Carlos. No parecía ser merecedor de un mote pero en la vida laboral es difícil alcanzar la perfección y como todos los jefes tenía su talón de Aquiles. Su punto débil era una predisposición a la obediencia ciega a su jefe y estaba tan presto a cumplir todo lo que le encomendaba que empezaron a llamarle SNOOPY!!!

Otro caso curioso es el de un director cuyo ascenso obedece a la casualidad, siempre ha sustituido a sus jefes cuando han dejado su puesto. Al contrario que Mortadelo tenía una actitud más de colegueo, tal vez porque era de la cantera de la empresa. No obstante, no parece haber comprendido que lo suyo no era por valía sino por haber nacido con una flor en el culo y va por la vida laboral tan encantado de haberse conocido que todos le llaman MEMOLO!!!!

Finalmente contaré el caso del HUEVOS PELAOS, un gerentillo de parapillo, como diría D. Quijote, que vive asfixiado por el peso de la responsabilidad y va aplicando presión a todos su colaboradores. Esta manera de amargar la existencia ha hecho que los que lo sufren afinen su ingenio y le saquen punta a su manera de andar con los muslos, muy pero que muy juntos, tanto que se le presume cierta fricción en una parte muy sensible de su anatomía.

Y colorín colorado, aunque hay muchos motes más, este post ya se ha acabado.

Lula

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