La alimaña
Cuando se tiene un corazón de oro, noble y generoso, se está en disposición de ganarse el cielo pero supone una enorme minusvalía para ganarse el sustento. Esos corazones son presa fácil para las alimañas, que se sitúan al otro lado del espejo reflejando en la nobleza, bajeza; trocando generosidad en egoísmo y ambición desmedida.
El objetivo de la alimaña es hacer daño, aun a costa de no sacar tajada. Es como la zorra que entra al gallinero y que mata a todas las gallinas pero no se las come. Este espécimen utiliza como herramienta de ataque la mentira ponzoñosa, que el ingenuo corazón áureo no concebirá en su cabeza y que sólo percibirá cuando todo el mal esté hecho y sea irreversible.
La alimaña no siempre está dotada de una mirada torva ni de un aspecto amenazante, sino que a veces bajo la apariencia de un ser encantador esconde sus tendencias malvadas. No obstante, la cara es el espejo del alma y es difícil que no quede rastro de su vileza en sus facciones, aunque he conocido casos verdaderamente milagrosos en que las fechorías no ha dejado huella(1).
Aunque las alimañas tienden a disfrazarse bajo la piel de cordero, con el tiempo les resulta muy difícil ocultar sus capacidades abyectas, siendo reconocidos en su entorno y declarados de utilidad pública(2) por los que sustentan el poder, los cuales los utilizan en faenas de aliño para despejar el camino de románticos librepensadores, conciencias incómodas, solidarios desfasados(3) . A veces se les va la mano y se llevan por delante hasta a los becarios más precarios.
Es muy interesante observar cómo se relaciona la alimaña en los eventos sociales, ya que una cosa es que sean de utilidad pública para ciertos usos y otra muy diferente su aceptación social por el poder. A la alimaña generalmente se la divisa en soledad o en compañía de los de su misma especie, intentando pasar desapercibida pero observando las posibles víctimas que confiadas se entregan a las risas entre los compañeros y sin embargo amigos.
Existe una falta total de previsión de las posibles víctimas y por tanto una carencia de organización basada en el Fuenteovejuna, todos a una para defensa de los cada vez más escasos corazones de oro.
Desde esta página hago un llamamiento contra las alimañas: ¡A por ellos que son pocos y cobardes!
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(1) Deben ser casos similares a la novela de
Oscar Wilde titulada El retrato de Dorian Gray, de tintes satánicos.
(2) Lo que son las cosas, como el agua mineral Solán de Cabras que
es tan buena para el riñón.
(3) Son los que tienen la desfachatez de solidarizarse con el débil,
en vez de hacerlo con el que sustenta el poder.