Esos locos bajitos
Querida Marta:
Tener una hija de seis años superdotada siempre puede dar lugar a situaciones por lo menos sorprendentes. Esta tarde fui al colegio de María, Ana, su tutora, me había recomendado que diera clases de química avanzada y yo quise saber los avances de mi hija.
En el pasillo se oían gritos y risas que venían del
laboratorio de química, hecho raro en esa escuela para niños superdotados.
Ana se sonrió.
- María está "exponiendo" su último invento, se trataba de un líquido
para hacer pompas de jabón, que al contacto con el aire se endurecen.
Nos acercamos al aula. Todos sus compañeros estaban jugando con
aquellas extrañas bolas transparentes. Es curioso ver que esos niños
con un coeficiente de vértigo, siguen divirtiéndose con las cosas
más simples.
¡¡¡Ves Mamá, así no se explotan!!! - Me grito
María entre risas cuando me vio por el cristal de la puerta de la
clase-.
Durante el viaje de vuelta a casa María no dejo de contarme la infinidad
de "aplicaciones" de su invento.
- ¡¡¡Mamá, podremos poner dentro un regalo para la abuela y se lo
mando volando !!!
- ¡¡¡Mamá, podré jugar al fútbol sin tener que quitarle la pelota
al tonto de Luisito ¡!!!
- ¡¡¡Mamá, si me las ato a los zapatos, podré saltar muy alto, muy
alto!!!
- Mamá... mamá ...
María estaba tan sobreexcitada con su invento, que,
antes de ir a dormir, le di una infusión de tila y valeriana para
que conciliara el sueño...
Cuando, por fin, conseguí acostarla, me senté en el ordenador que
tengo en el pequeño estudio de casa. Bueno, estudio es una forma
de llamarlo, ya sabes que sólo es una mesita cara la pared en el
cuartito de planchar. Entre los juguetes y los inventos de María
casi no queda sitio en casa para nada más.
¡¡¡Ni para el pobre Paco, que nos abandonó hace tres años aterrado
ante la responsabilidad de la educación de María!!!
Pues, estaba aquí sentada, intentando contestar los
e-mail de los amigos y de las universidades interesadas en el cerebro
de mi niña, cuando oí una risa apagada de María.
- Ja, ja, ja. ¡¡¡Mamáaaaaaaa!!! Me volví y vi como, con el inflador
de la bicicleta, estaba haciendo una gran pompa de jabón que YA
había cubierto la mitad de la habitación.
-Ja, ja, ja. ¡¡¡Mira mamá, mira lo que hago!!! Ja, ja, ja.
La pompa se ha endurecido dejándome encerrada dentro...
No puedo... romperla...
El aire dentro de la pompa. se ha hecho casi... irrespirable.
Dentro de unos minutos... no podré seguir escribiendo.
Me ahogo... ¡¡¡Marta ayúdame!!!
Marta...Maaaaarta...Maaaaa...
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