Empieza tú

Al día siguiente de finalizar mis compromisos del primer curso de doctorado recibí un e-mail de Arturo Tejerina invitándome a la presentación de su obra de teatro llamada "Empieza tú". Harta de tanta disciplina académica, vi el cielo abierto para poner un poco de frivolidad en mi vida. El evento se desarrollaba en Alegoría, sito en la Calle del Cid esquina a Villanueva, casi rozando con la Biblioteca Nacional.

Mi poder de convocatoria fue escaso y fui sola al evento. No me desanimó la soledad pero ¡Cómo eche de menos a S.M.! ¡Qué bien lo hubiéramos pasado juntas!. Cuando entré, vi que estaba lleno de periodistas de los programas de corazón (uno de ellos llamado ¡aquí hay tomate! Lo supe por las camisetas que llevaban los reporteros). Como no veo la tele no estoy al tanto de los personajes del papel couché por lo que solo pude identificar a las viejas glorias.

A los famosos los situaban sobre un fondo de la promoción de la obra de teatro, les ponían un foco de luz cegadora y los entrevistaban. Por allí pasaron humoristas como Juanito Navarro, Arévalo y Coll. Gente de teatro como Rosa Valenti y Pepe Rubio (amojamado, haría pareja perfecta con mi vecina la momia). Bailaoras como la Chunga y Rosa. Actores como Imanol Arias y esposa. Especimenes raros como Paco Clavel y una rubia que iba disfrazada de Ofelia de Mortadelo y Filemón, con un corpiño de raso rojo sobre un vestido negro que remarcaba su elefantiásica silueta. Por allí pululaba una mujer menuda con una minifalda negra y una ajustada camiseta blanca. Para que sus redondeces (tanto de adelante como de atrás) no pasaran desapercibidas las llevaba tachueladas de brillantes que formaban la palabra “AMORE”, acompañaba esta vestimenta con unas sandalias de pedrería de vertiginosos tacones. ¿Quién era ella? Pues la jefa de Arturo Tejerina, la presentadora del programa con T de Tarde. Iba sin madre y sin novio, acompañada continuamente de un humeante cigarro.

Se servía un cóctel estupendo a los allí reunidos. Destacan a simple vista los fotógrafos y los cámaras, que siendo del gremio de la imagen son los que menos la cultivan. Se podría realizar un estudio sobre le escaso uso de champú por este colectivo. Otro grupo más variopinto estaba formado por los reporteros de los programas del corazón, unos viborillas. Había también algunos trajeados (pocos) que iban solos y no se sabía qué pintaban allí. Las viejas glorias del espectáculo sobresalían por su acicalamiento y conservación en alcanfor.

Llegaron Arturo Tejerina y Marian Conde, compañeros de fatigas en con T de Tarde y ahora pareja artística que inicia una nueva actividad tras el cierre del programa a fin de mes. La presentación de la obra estuvo muy emotiva. Inició la ceremonia una chica que no sé quien era, pero con voz de locutora, que dio la palabra a dos periodistas. Uno de ellos me sonaba de algún programa carroñero y el otro no lo había visto nunca. Arturo Tejerina y Marian Conde nos adelantaron un fragmento de lo que será la obra, que se vislumbra muy divertida. Después de la interpretación subió al escenario Imanol Arias, que resultó ser paisano de Arturo (Riaño). También subió al estrado la jefa de Tejerina (ya por poco tiempo), que con la discreción que la caracteriza, dijo que era fijo de la plantilla de TeleMadrid, sindicalista y que cobraba, hiciera o no programas. Lo que no dijo es que ella, ¡pobrecita!, a falta de contrato fijo, le han pagado una millonada durante siete años ¡que hemos costeado los madrileños!

Le deseo mucha suerte a Arturo y a Marian en su nueva aventura teatral. A su jefa, mejor no le deseo nada, que como decían las monjas: Oraciones de burro no llegan al cielo.

Lula

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