El regreso del "torno"
En ocasiones tiene uno que abandonar el estilo lúdico y dedicar unas líneas—con gran desazón de quien las escribe--, a ciertos representantes de la Fauna Humana que desgraciadamente tienen muy poco de humanos y no resisten la comparación con la peor de las especies de la fauna animal
Me refiero a esos miserables individuos/ as—me resisto a llamarles padres-- que no dudan en abandonar a sus hijos recién nacidos en el primer contenedor de basura que encuentran exponiéndole a una más que posible muerte.
A estas apasionadas consideraciones me mueve la noticia, que recoge la prensa de estos días, informando que las autoridades alemanas sorprendidas ante el creciente abandono de niños, sobre todo en las grandes ciudades y dentro de ellas en los barrios marginales, se plantean recuperar un sistema similar al antiguo “torno conventual” que durante siglos acogió a los niños abandonados.
El abandono, el abuso y explotación sexual, y el maltrato físico y psíquico-- que conforman el llamado "Síndrome del niño maltratado"--,no es desgraciadamente un hecho nuevo.
A lo largo de la historia de la infancia es fácil encontrar distintas etapas de esta particular crónica de la aberración de los sentimientos afectivos que representa el abandono físico del niño.
La primera de estas etapas la escriben las sociedades de Atenas, Esparta y Roma que se consideraban dueñas absolutas de la vida del niño y, en consecuencia, deciden si éste debe vivir o morir.
Es la llamada era del infanticidio, simbolizada por el trágico Mito de Medea, que narra como Medea para vengarse del abandono de Jasón, asesina a sus propios hijos.
Distanciamiento y alejamiento son las circunstancias que van a caracterizar otra larga etapa de la historia del maltrato al niño, que Lloyd de Mause ha denominado "período de abandono".
En éste las relaciones de padres e hijos se semejan a las que viven los personajes de la leyenda de Griselda, una joven madre que por sumisión a los deseos de su esposo, consiente en enviar a la hija, que aún amamanta, a un monasterio "en el que secretamente y sin declarar su ilustre cuna la depositan en el torno"
Son tiempos en los que el niño es enviado, a edades muy tempranas, a monasterios y conventos, entregado a una familia campesina para su crianza, dado en adopción, o en el mejor de los casos, se le envía, para su formación, a casa de algún noble. Las más de las veces, el niño es simple y tristemente abandonado—como en el caso de Griselda - "secretamente en el torno del convento"
Son hechos, que con ligeros matices sociológicos, van a persistir en el tiempo y que hasta un ayer no muy lejano "moverá" los tornos de asilos y conventos.
Por ello no causa sorpresa, pero sí dolor, el que después de tantos siglos tengamos que seguir hablando del niño como inocente víctima y que las autoridades alemanas, se vean obligadas a recuperar una nueva versión del "viejo torno" para protegerles de este trágico "repunte" de maltrato y abandono.
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