Desarrollo sostenible
junio 2002
Teniendo aún reciente la lectura del El mercado y la globalización, de José Luis Sampedro, fui a una charla de título Las Telecomunicaciones: un Desarrollo Sostenible. En ella descubrí una nueva estrategia de las multinacionales, que consiste en aumentar la cuenta de resultados por medio de una imagen solidaria con la sociedad y respetuosa con el medio ambiente. Lo del desarrollo sostenible está claramente enfocado a la sostenibilidad final –"quicir"(1) la cuenta de resultados-, que a fin de cuentas es la que paga la nómina seamos o no respetuosos con el medio ambiente o solidarios con nuestros congéneres.
El evento se desarrolló en el edificio de Ericsson y lo moderaba el presidente de CIECAT(2). El ambiente era muy agradable y cosmopolita –cual corresponde a una multinacional acostumbrada a agasajar a sus grandes clientes-. Como lujo asiático tenían a una persona que pasaba las transparencias de PowerPoint, puesto laboral desconocido por mí hasta la fecha. Primero un sueco nos contó el poco C02 que tienen las líneas de abonado (yo no sabía que lo tenían). Luego tomó la palabra un director de una operadora fija para enumerar todos los AENOR de su empresa y todas las comisiones de medioambiente. En tercer lugar intervino una operadora móvil, representada por la responsable de medioambiente que contó de todos los esfuerzos para crear su sistema de gestión medioambiental. Llegado a este punto, pausa para el café.
La sala donde nos sirvieron el desayuno era fría y funcional; personalmente me gustó la decoración. El desayuno era abundante y exquisito, tuve opción de comerme cinco minicroissants y tres pastas de té (recientemente en un sarao de APD solo pude comerme una pasta y porque estuve muy despierta)
Tras la pausa cafetera, otro san sueco nos contó cómo organizan voluntariado para asistir en grandes catástrofes en colaboración con la ONU. A una pregunta de cómo gestionan a los voluntarios para que no les afecte a sus planificaciones, saltó la liebre al decir que primero es el cliente y luego la catástrofe. Terminada la presentación de los voluntarios de Calcuta –perdón, de Ericsson- se pasó al turno de ruegos y preguntas.
Para romper el hielo, el moderador le hizo una pregunta a la representante de la operadora móvil, que la puso en un brete ya que no sabía cómo contestar. El calor de la situación derritió el hielo y las preguntas del público empezaron a fluir hacia los representantes de las operadoras. En este punto empezó el efecto Boomerang de la mesa contra los inocentes asistentes: cuando se realizaba una pregunta a una operadora su representante en la mesa buscaba un compañero del su empresa para pasársela. De esta forma varios asistentes fueron atracados in situ sin que les diera tiempo a decir aquello de me alegro que me haga esa pregunta...
Hasta ese momento todo iba sobre ruedas, el coloquio era ameno y las preguntas inteligentes y sin acritud. Pero se acercaba la hora D del día H: el partido España-Sudáfrica. La mesa -muy respetuosa esta vez con las aficiones deportivo-patrióticas- cerró el coloquio a las 13:10. Pero un Pepito Grillo, a la sazón director de calidad de Ericsson, recordó que faltaba el representante de la Administración para clausurar la jornada. Con la educación que caracterizaba a todos los asistentes, y a pesar de que se acercaba peligrosamente la hora del partido de fútbol, nos quedamos en nuestro sitio esperando la llegada del hombre del Ministerio.
El representante del Ministerio de cuyo nombre no quiero acordarme, de categoría Director, tenía un aspecto de funcionario gris plomo y entró con total desfachatez a las 13:15 para clausurar unas jornadas a las que no había asistido. Sacó un papel que contenía un discurso polivalente donde hablaba de lo horizontal y de lo vertical que lo mismo servía para un foro de calidad de las Telecomunicaciones como para la asociación de mujeres maltratadas. Sólo nuestra buena educación y el temor de enfrentarnos a la Administración -poseedora de presupuestos eternos- nos impidió levantarnos y dejarle solo con su papelito.
Al punto que dijo: para concluir ..., los de la mesa dieron un respingo y se les notó un gesto de alivio. Como no hay mal que cien años dure, terminó su huero discurso cuando empezaba el partido de fútbol.
Balance de la charla: DOS CUADERNOS Y UN BOLI.
(1) Quicir es la contracción de "es decir", muy usada por una persona que se ganó a pulso el apodo de "Quicir" a fuerza de repetirla continuamente y de contagiarla a todo su entorno. Un día hablaré de Quicir, personaje que merece una semblanza
(2) CIECAT es el Círculo Español para la Calidad en Telecomunicación