Cuestión de imagen

Una imagen vale más que mil palabras, se suele decir, y en la mayoría de las ocasiones, así es. En este mundo globalizado, donde las estructuras del mercado competitivo son cada vez más similares en todas las partes del planeta, como una prolongación del modelo económico americano, la manera más eficiente de vender es que el producto te entre por los ojos. ¡Y vaya si es eficiente!

La mejor muestra es nuestra propia imagen. Aunque existe un sabio dicho que reza las apariencias engañan, bien es cierto que la sociedad actual es hipócrita hasta la médula y no es lo mismo ver a un pelanas con rastas, los pantalones cadereros que dejan entrever parte de su ropa interior, y las zapatillas algo chamuscadas por el uso, que ver a un tipo elegantemente vestido, con su traje y su corbata. Y todo esto aunque el primero de los susodichos sea un tipo brillante, inteligente, innovador, creativo; y el segundo sea un, llamémosle pirata, de esos que te la clavan por la espalda, a traición, si pueden, para pisarte. A esto es a lo que nos lleva este mundo cada vez más competitivo. O cuando en una entrevista de trabajo te piden buena presencia, ¿qué pasa? ¿acaso voy a ir desnudo? ¿acaso la ropa que llevo es gratis? Cualquier camiseta Nike de deporte es más cara que una camisa de botones comprada en Zara, pero eso al entrevistador de turno se la trae más bien al pairo. Creo que en las entrevistas de selección de personal no debe primar esa buena presencia, sino más bien las aptitudes que el candidato tenga en cuestiones de capacidad de trabajo, de aprendizaje y sobre todo, de interacción con su entorno.

No sé, quizás sea un idealista, pero soy de los que piensa que es el fondo lo que importa y que lo demás es fachada. Una empresa es más productiva cuanto más a gusto están sus empleados trabajando, cuanto más dinámicos e innovadores son, cuanto más rápidos en posicionarse son, no en cómo vayan vestidas las personas.

Debería primar la imagen corporativa de la empresa, más que la imagen individual de las personas que la integran. Pero por desgracia aún hay que recorrer un largo trecho.

FoN

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