CoresesSeguro que los profesores de geografía no pueden ubicar el lugar, pero los zamoranos -que según me dicen tienen el mejor románico de España- no tendrán ninguna dificultad en señalar su situación. Unas de las particularidades de Coreses es la celebración de la fiesta de las Águedas (1) , en la que las mujeres durante tres días son las que llevan la voz cantante. Otra seña de identidad más moderna es el colegio Verbo Divino, regentado durante los años 50-70 por los misioneros del mismo nombre (2). Desconozco el motivo que llevó a estos misioneros a fundar el colegio y cuáles fueron los que les movieron a abandonarlo. He buscado por todo Internet y las únicas referencias de esta congregación en España me llevan a Estella (Navarra), a la editorial Verbo Divino (www.verbodivino.es), pero nada cuentan de su estancia en Zamora. En plena época franquista, en este colegio se impartía una educación menos cateta que en el resto de España. Se hacia hincapié, con disciplina férrea, en los deportes, la música y los idiomas. Los alumnos salían sabiendo Inglés y Alemán. Los misioneros eran de origen centroeuropeo o argentino y no sé cual fue la razón que les llevó a evangelizar a Zamora bajo el gobierno de Franco, donde todos eran católicos por tradición ratificada por decreto-ley. Dejando a un lado esta incógnita, un día el colegio se cerró y pasó a manos privadas por transacciones operacionales que desconozco, pero con tan buena fortuna para los compradores que la futura autovía de la ruta de la plata (3) tiene previsto pasar por allí. La rehabilitación del colegio para uso de hotel es sorprendente. La fachada exterior, fiel réplica de cuando era colegio-internado, es de una austeridad intrínseca a las construcciones franquistas, sin ninguna concesión al adorno superfluo: ladrillos rojos y ventanas perfectamente alineadas. En un lateral se conservan unas hermosas vidrieras de lo que fue la capilla. Cuando traspasas el umbral empiezan las sorpresas. No das crédito a lo que estás viendo: los decorados de la Metro-Goldwyn-Mayer para una superproducción no se sabe bien de qué época porque confluyen múltiples estilos, pero con pretensiones de lujo. El barroquismo que derrocha, que dejaría pálido a cualquier sevillano o valenciano, con un horror vacui que no deja ni un centímetro de pared o techo sin recubrir de pinturas al fresco-no quiero ni pensar lo que pasaría si hubiese goteras y tuviesen que restaurarlas-; no se libran ni los baños (de señoras, of course), ni los pasillos, ni la escalera principal con una barandilla de hierro forjado que dejaría paralizado al mismo Gaudí. Las estancias más destacadas son:
A mí, que me tanto gusta Mondrian, quiso Dios que conociera el Convento de Coreses. Después de la experiencia, me quedo con la fachada (manque sea franquista). Más relatos de Lula, pulsar aquí Versión blog aquí (1) Desde el tiempo de los romanos
se lleva a cabo esta fiesta donde en un principio los
hombres festejaban a sus esposas por un día. Luego tomó
un matiz cristiano donde se enfatizó la virginidad en
las mujeres y se escogió a Santa Águeda como patrona
de la actividad, cuyo martirio fue horrible. La festividad,
que se lleva a cabo el segundo domingo de febrero, se
caracteriza por ser el día del año en que las mujeres
administran el ayuntamiento, en protesta por los abusos
cometidos por los hombres. ¡Lástima que dure tan poco
esta fiesta!
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