Mayo 2003
12/05/2003 | Puntualizaciones sobre el Toyoto |
Señora directora: He leído con suma atención su descripción de la especie "Toyoto" en la sección "Fauna Humana" de la página web que tan acertadamente dirige. Debo indicarle que conocí el caso de primera mano y que se ha omitido un punto importante en la descripción de sus costumbres. Todas las especies del filum de los "Phantasmoidea" son gregarias por naturaleza pues requieren, imperiosamente, de la compañía de otros individuos que escuchen sus peroratas con interés. En el caso del "Toyoto", sus hazañas habrían sido imposibles sin la atención que le prestaba su inseparable "Popeye", un ejemplar cuyo desarrollo de bíceps en el gimnasio había provocado serios problemas de riego cerebral por hipertrofia muscular. Como Sancho escuchaba maravillado a Don Quijote, así "Popeye" se deleitaba en las fabulillas con las que el "Toyoto" en cuestión le obsequiaba y nos obsequiaba a todos los que vivíamos a menos de 200 metros de su puesto de trabajo, lo quisiéramos o no, dada la potencia de su tenorina voz. Un hecho notable en "Popeye" era que su dieta fundamental se componía de plátanos y claras de huevo cocidas, que engullía a diario por docenas, por mor de las exigencias atroces del noble arte del culturismo. La tertulia de "Toyoto" fue creciendo con el tiempo y se añadió un asiduo tercer personaje denominado en feliz invención "Petit Suisse". Habiendo manifestado un día que se marchaba al gimnasio a modelar su cuerpo Danone, una compañera, presa de ataque de hilaridad, le dijo aquello de "dada tu estatura, como mucho Petit Suisse". Fue una gran pérdida para la cultura occidental el meteórico ascenso a los cielos de "Toyoto", pues, en cuanto abandonó su condición menestral, olvidó de inmediato a sus compañeros de andanzas que, desorientados ante la pérdida de su líder espiritual, no fueron capaces de mantener viva la llama de la españolísima costumbre de la tertulia de ocho horas en el trabajo. Un Anónimo admirador
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