CAOS
Mézclense cantidades generosas de ron—a ser posible dorado--tres historias variopintas de tres amigos de muy diverso pelaje.Agítese y..a ver lo que resulta.
¿No tiene ron dorado?. Bien, del que tenga. Cubatas para todos.
Nadie le había rebatido sus ideas, sus conocimientos tan trabajosamente conseguidos. Empezaba a sentirse la primavera y algo nuevo flotaba en el aire. Los ruidos eran más chirriantes, los colores más chillones. Él poeta creía que tenía el poder de la palabra. De repente alguien está hablando con una voz ronca, hiriente. Una palabra lo invade todo: realidad
¿Repetimos? Vale. Camarero, lo mismo .
Nunca pudo creer que la palabra le diera la última lección. Aquello tronaba a través de los siglos, evolucionaba mientras su voz envejecía. Nada como unas cejas partidas y sangrantes para hacer de un ídolo una caricatura,
¿Pedimos los terceros? ¡Camarero!, sirva unos más..
La campana sonó antes de que pudiera ser contenida la hemorragia, lo que le provocó una risa frenética, convulsiva. El ídolo se ahorca con el cáñamo de la palabra hinchada. El poeta hace caricaturas de la incipiente primavera. La perspectiva y la palabra hacen chirriar la hemorragia
¡Camarero!, ponga las últimas ..
Ensayó la forma de sacar la lengua, de adoptar un rictus trágico, pero el cuello se le fue hinchando al deslizarse a su alrededor el círculo de la palabra hecha cáñamo. Al fin....descanso, paz, oscuridad, silencio.
¡Camarero!... la cuenta
El papel que el poeta aprisionaba en sus mano decía cosas absurdas: “no encuentro la perspectiva emocional, ni la posibilidad de fabular, ni forma alguna de organizar mi CAOS ”
Más relatos de Miguel Arribas, pulsar aquí
e-mail de contacto: miguel.noviem@gmail.com