Así pasen 20 años

Allí estaba, en el vestíbulo. Su cabeza sobresalía por su altura entre la gente allí reunida, a la vez que brillaba por su ausencia de pelo, no en vano se le conocía por el sobrenombre de "El calvo". Me sorprendió verlo después de más de veinte años y encontrarlo como si el tiempo no hubiera pasado por él. Pero cual no fue mi asombro cuando me reconoció y me saludó. Fue profesor mío de la Universidad y teniendo en cuenta que en aquellos tiempos no destacaba ni por mi brillantez ni por mi belleza(1), sólo se me ocurre una razón por la que en su cabeza cupiera un vestigio de recuerdo de mi persona, transcurridos ya más de cuatro lustros.

Me vino de golpe a la memoria los tiempos en que estudiaba cuarto en la Facultad. En el plan de estudios de Informática de aquellos años sólo tenía cabida una asignatura sobre comunicaciones que se llamaba transmisión de datos y teletratamiento. En aquellos tiempos ya existía el protocolo IP, pero el concepto de Internet aun no se había gestado. Allí no había más comunicaciones que las del gigante azul IBM y los protocolos que definía la CCITT(1). Por ese motivo "el calvo" que trabajaba en el entorno de las telecomunicaciones compartía la asignatura con un profesor que trabajaba en IBM bautizado inicialmente con el alias de "el guapo".

"El guapo" causó mucho revuelo entre las féminas, ya que superaba la media del profesorado en elegancia y presencia. Al principio nos sentábamos las chicas en la primera fila para no perder detalle, pero pasados algunos días fuimos tomando posiciones en asientos más alejados. La causa de este repliegue tenía mucho que ver con el nuevo mote del que se hizo acreedor, "el lapo". En las distancias cortas, se podía apreciar su abundante secreción salivar que actuaba como aspersor cuando hablaba y que iba dejando un poso viscoso y blanquecino en sus comisuras. Aun no nos habíamos recuperado de la decepción cuando tuvimos que sufrir sus clases, bastante alejadas del término magistral, en las que las fórmulas que nos daba para calcular el rendimiento daban claramente valores superiores al 100%.

Como contrapartida, "el calvo" era buen profesor, muy metódico y paciente. A veces tanta minuciosidad me aburría y me entregaba inconscientemente a garrapatear con el bolígrafo la hoja de los apuntes. Aunque las artes plásticas son unas grandes desconocidas para mí, por arte de birlibirloque entre los garabatos apareció una caricatura de "el calvo". Emocionada por mi insospechada hazaña, recorté de la hoja el dibujo y lo pegué en el separador de la carpeta correspondiente a su asignatura.

Llegó el examen final, y como medida de seguridad para evitar que copiáramos, nos hacían dejar las carpetas fuera del alcance de nuestra vista, en la parte posterior de la silla. Estaba yo intentando aplicar una de esas fórmulas imposibles de "el lapo", cuando "el calvo" pasó por mi lado y no sé que le impulsó a tomar mi carpeta y ponerse a hojearla. Mi corazón latía con fuerza, miré de reojo y pude ver cómo encontraba su caricatura que para más inri, y por si no quedaba claro, ponía debajo: "el calvo".

Con el rostro impasible cerró la carpeta y no dijo nada, pero desde luego debí dejar una profunda huella de mi faceta artística en su memoria.

Lula

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(1) En estos tiempos tampoco, para que nos vamos a engañar
(2) CCITT son las siglas de Comité Consultivo Internacional Telegráfico y Telefónico ahora llamado ITU:International Telecommunication Union