De nuevo ayer el público asistente a la corrida salió decepcionado. Hubo muchos motivos para ello: La presentación del ganado, algunos de ellos tenían por lo menos cabeza, pero otros, ni eso, el juego que dieron, y la mayoría de ellos se fueron sin picar, seguramente porque no hubieran aguantado una vara en condiciones y lo poco que dejaron para la muleta los coletas lo desaprovecharon. Unos porque desconocen el arte de torear y han conseguido solamente llegar a ser unos buenos oficiales en su trabajo. Otros, sin embargo, tendrán tan asumido que el buen toreo es como habitualmente lo ejecutan, que cuando llegan a una plaza de importancia y le piden responsabilidades se quedan desconcertados porque desconocerán el motivo de las protestas. Y por último, los toreros de plata, que ayer demostraron muchos de ellos una incompetencia absoluta.

¡Que le pregunten a Juan Antonio Carbonell , de la cuadrilla de Salvador Cortés , dónde picó al tercero de la tarde!. ¡Pues, ni más ni menos que en la penca del rabo!. Es decir, con lo visto ayer las protestas habituales de los aficionados cuando los picadores, por sistema, pican traseros, destrozando con ello al animal como ocurrió en el primer toro de Matías Tejela , que después de mal picado quedó como un marmolillo, teniendo que ser devuelto, ha quedado sin sentido. Decía un aficionado: ¡Y que cobren por esto! El tercio de banderillas en este mismo toro fue un recital de desvergüenza torera, les pusieron palos casi hasta en el brazuelo.

¿Y los toreros? Dávila Miura , lo esperado. Este muchacho no está dotado con la varita del duende y su toreo está muy limitado. Matías Tejela , le salió un quinto toro con un poco de casta y no pudo con él, fue el toro quien impuso su ley y el torero se limitó a seguirle la corriente. Su primer toro, un sobrero de Ana Maria Bohórquez , no tuvo fuerzas ni para soportar cuatro muletazos, al tercer pase cayó a lo largo y ancho de la arena. A Salvador Cortés habrá que ir a Sevilla para verlo torear. Su primero se le quedaba corto por el pitón izquierdo, pero por el derecho tenía más recorrido y ningún peligro, pero se limitó a realizar el torero moderno, es decir, fuera de cacho y sin adelantar la muleta. Sólo tengo anotados en mi retina dos redondos templados, poco bagaje para un torero que quiere ser figura.

Pepeillo

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