A Luis

Parece mentira que una persona pueda tener tanto peso en la plaza. Pues así es, este año nos ha faltado Luis, un veterano aficionado asiduo a la grada del 7. Hombre parco en palabras, pero oportuno en sus comentarios y en los detalles tan humanos. Se nos fue sin avisar, como se van las buenas personas, sin que nadie se diera cuenta, al primer síntoma de su ausencia, ya no estaba entre nosotros.

"Cállate feo". Cuando la tarde no iba de rosas taurinas, era tu frase favorita para cuando tenías que llamarle la atención a alguien tan anónimo como todos nosotros, pero que en ese momento había lanzado al aire de la grada la frase inoportuna. Por supuesto que se lo llamabas con cariño, de la misma forma que lo hacías conmigo reprimiéndome cuando encendía el puro. No olvidaremos tu mirada tranquila, pausada, fruto de los años, tu llegada siempre en silencio y tus despedidas cordiales.

Aunque te hayas ido sin avisar, aunque lo hayas hecho sin nuestro consentimiento, te seguimos y te seguiremos recordando, Luis, no lo dudes un momento allí donde te encuentres que suponemos que será el mejor lugar por ti elegido.

El enfado del aficionado que había presenciado el apartado de la mañana era monumental, al parecer habían rechazado unos toros y, al no encontrar el repuesto necesario, tuvieron que echar mano del ganado rechazado, y eso que hoy no vienen figuras, ¡qué será el día que vengan!. Pues, ya lo veremos. El ganado no estuvo bien presentado, aunque algunos ejemplares mostraron unas afiladas defensas. Los taurinos apuestan que los toros en Madrid se caen porque esta plaza exige elefantes en lugar de toros, pues ayer, como en muchas ocasiones, tenían el trapío justito y por dentro eran una ruina de fuerzas.

Quiero hacer notar que ayer estaba de asesor taurino el Sr. D. José Cabezas Porras, "Joselito Calderón". Quiero decir con esto que cada vez que este caballero se sienta al lado de un presidente tengo la impresión que a éste le cuesta más trabajo devolver un toro. Si esto fuera verdad, ¿cuánto tendremos que aguantar a este individuo en el palco?

Confirmó la alternativa Salvador Cortés, y ante un toro que le costaba humillar debido a su flojedad, pero que demostró algo de casta y fijeza al acudir al engaño las veces que lo citó de lejos, no aprovechó lo poco que el astado le ofreció, ya que al segundo muletazo no tenía recorrido. Con todo y con eso el torero demostró voluntad, pero eso no bastó ya que el toro tenía los pases contados, pero los tenía y el torero no los aprovechó. El sexto de la tarde acudía a los engaños con prontitud y fue de un picador a otro sin fijeza, pero al sentir el hierro manseó. En la faena de muleta parecía que iba a tener más movilidad, pero al final fue un espejismo, repitiéndose lo ocurrido en el primero, que el matador no supo aprovechar lo poco que el burel le ofreció.

Miguel Abellán recibió a sus dos enemigos a "portagayola". Al tener enfrente de mi localidad los toriles, veo al toro desde que aparece en la manga de toriles y debe ser impresionante el sentir del torero en esos segundos de espera, que deben ser eternos, hasta que el toro pasa ante el engaño de su capote. Peligrosa y de poca rentabilidad para el torero es esta suerte, sobre todo en esta plaza, ya que estas hazañas suelen olvidarse con facilidad si no hay continuidad en la faena. Pero no olvidemos que Abellán es un torero de casta, pero algo limitado para la ejecución del toreo en su pureza.

Su primero fue devuelto, dudo si el Sr. Presidente no se equivocaría de pañuelo. Se corrió turno y en su lugar salió el cuarto de la tarde. Astifino, pero justo de trapío. El toro tenía una embestida clara, pero sólo pudimos ver unos apuntes en el quite ejecutado por Antón Cortés , ya que Miguel Abellán durante la faena estuvo muy vulgar, dejándose ir un toro para haber puesto la plaza boca abajo en los diez muletazos que podía haber ejecutado con claridad. En su segundo, sobrero de Arucci, un toro "ensabanao" de bonita lámina, salió perdiendo las manos, hecho que predijo el resultado de su comportamiento. Al citarlo de muleta, desde la boca de riego, algún aficionado dijo: "no cites desde ahí que se cae por el camino". Así fue, el toro se derrumbó antes de llegar a la muleta y a partir de este momento todo se vino abajo, toro, torero y aficionados y hasta la fiesta de esa tarde. Esto es como una pirámide, si no hay base... Menos la empresa, claro, ellos, como no tienen la culpa...... Mañana, otra de lo mismo. ¿O no?

Antón Cortés . Qué decir de este torero. Ya sé que cada tarde es una historia diferente, porque somos personas, sentimos y de acuerdo a esos sentimientos actuamos. Pero no hay quien haga olvidar aquella tarde de 2004, donde los aficionados y menos aficionados revivieron unos momentos de ensueño. Todo lo realizado después por este torero es puro espejismo y espero que no se dilate mucho esta circunstancia ya que por la mente de los aficionados corren ideas poco clarividentes para su futuro.

Pepeillo

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