Este año nos han encandilado los redondos y los
naturales de El Cid, la técnica
y las distancias de Cesar Rincón
y la valentía de Castela. Los
veteranos, Ponce y El Juli,
no se recuerda si estuvieron en la feria. Lo único
que quedó patente es que cuando torearon el ganado
que salió por toriles fue impresentable. Menos
mal que vinieron los dos juntos y una sola tarde. Mejor
es que no vuelvan, ellos a lo suyo y nosotros a lo nuestro.
El Juli tiene en su debe que aún no ha triunfado
en Madrid.
Manzanares y Rivera Ordóñez,
"El Niño de la Bomba",
otra decepción, y eso que el primero no se presentó
en Madrid hasta dos años después de tomar
la alternativa, y venía placeado. ¡Esperar
tanto tiempo para esto! Hay que recordarle a Manzanares
hijo, que a Madrid se viene con toros, y si las cosas
no le hubieran rodado como él deseaba, por lo
menos se hubiera ganado el respeto de la afición.
Por lo visto les debe importar poco eso a sus mentores.
“El Niño de la Bomba”, por su parte,
privó a un torero humilde de torear los Cuadri.
¿Para qué vino entonces? Demostró
con ello una falta de respeto a los que se dedican a
esta profesión y al ganadero. Porque criar toros
de la forma que lo hace la familia Cuadri, con afición
y entrega, para que un empresario los ponga en manos
de estos desaprensivos y después pegar el petardazo
de la forma que lo hizo... ¡Impresentable!
Como decía, lo de El Juli y otros toreros demuestra
que tal y como están las cosas en los despachos
no es imprescindible triunfar en Madrid para ser figura
del toreo, los taurinos se han encargado de ello y lo
han conseguido con el beneplácito de los gacetilleros
de la información. Eso ha quedado para los toreros
humildes como le ha pasado a El Cid o Cesar Rincón,
entre otros, que han llegado a triunfar después
de sangre sudor y lágrimas.
Los jóvenes: César Jiménez,
Tejela Salvador Vega, Gallo,
Bolívar, no han estado a la
altura de las circunstancias y de los novilleros sólo
ha cortado una oreja Salvador Justo, poco bagaje para
la juventud.
Del ganado defraudaron lospabloromero,
Miura, Fermín Bohórquez
y los Cuadri salieron mansos y peligrosos.
Gustaron: Alcurrucen, el Pilar,
las novilladas de Yerbabuena, Fuente
Ymbro y El Ventorrillo. Todo
lo de Atanasio descastado y sin fuerzas, defraudó
como lo viene haciendo desde hace años.
Victorino en su línea, le ha
quitado un poco de agresividad a sus toros, ya son menos
“tobilleros” que antes y no hay quien le
tosa. De Adolfo Martín destacó,
sobre todo, el toro lidiado en tercer lugar por su casta
y bravura.
Y por último recomendar a la empresa que traiga
corridas completas y se deje de una vez de remiendos.
Los remiendos para los calzones.
Pepeillo
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