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San Isidro 2005

14ª Corrida de feria, 24-5-2005, Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo.
Novillos Novillos de Yerbabuena. Encaste: García Pedrajas y Domecq, por separado.
Terna Israel Sancho: Amarillo y oro. Dos pinchazos, dos medias, metisaca y media delantera. Aviso. Silencio.
David Mora: De Rosa y oro. Estocada caída. Aviso. Aplausos y pitos cuando saluda. Estocada arriba. Aviso, oreja, con protestada.
Andrés González: De blanco y oro. Tres pinchazos y estocada. Aviso. Silencio. Dos pinchazos y estocada casi entera. Silencio.
Presidente D. Manuel Muñoz Infante
Comentarios Una pena


No me cansaré de repetirlo; ¡las faenas, buenas o malas, de 5 minutos! Lo que no se haya hecho en este tiempo es imposible hacerlo después. Me refiero a un toro como mandan los cánones, no a las babosas cadavéricas que torean por ahí la mayoría de los toreros. Pues ayer, tres novilleros consiguieron nada más y nada menos que cuatro avisos. ¿Saben cual fue el resultado? Pues una sarta de mantazos que llevaron el aburrimiento a los tendidos y que los espectadores tuvieron que soportar durante dos horas y media para no ver nada más que una media verónica, en un quite en el cuarto de la tarde, recibir de capote a su segundo novillo por parte de David Mora y dos pares de banderillas de Félix Jesús Rodríguez, también en el quinto, que el público obligó a saludar, montera en mano.

Si creen que eso justifica la duración del festejo, pues adelante con los faroles. Ganado hubo en el ruedo para haberla liado y haber salido de la plaza con la carrera hecha, pero los toreros de hoy, como comentaban unos aficionados: ¡si esto es el futuro vaya porvenir que nos espera!. No me gusta meterme con los novilleros, pero es que vienen a Las Ventas a mostrar nada más que el toreo ventajista. No se cruzan ni por equivocación, torean al hilo del pitón y, como decía aquel recordado crítico taurino, no se dejan ni coger, ¡caramba!.

El ganado estuvo bien presentado y en líneas generales se dejó torear con la muleta, algunos de ellos daba la impresión de que habían sido criados solo para eso. El primero manseó con el caballo y fue muy mal picado y con la muleta embestía con la cara alta, pero el torero no se enteró cómo había que hacerle las cosas, que no era ni más ni menos que bajarle la mano. En fin, no estuvo acertado. Su segundo novillo se dejó pegar de lo lindo en el caballo y cuando llegó a la muleta lo recibió con un pase de las flores, perdiéndose a continuación en la vulgaridad.

A David Mora le rodaron mejor las cosas, pero los aficionados seguro que no se acuerdan ya de lo que hizo porque estuvo igualmente vulgar. Su primer novillo flojeó de salida, quedándose sin recorrido al cuarto capotazo. En las dos entradas al caballo perdió las manos, pero el presidente, incomprensiblemente, lo dejó en el ruedo. La autoridad como siempre al lado del espectador. En la faena de muleta, comenzó citándolo de largo donde ya se pudo comprobar las intenciones artísticas del matador. Con la mano izquierda, ratifico lo dicho, en vez de torear, ”destoreó”, es decir, toreó “pa fuera”, no echó la pierna pa’ lante ni por error y no se cruzó ni con los peones en el callejón. Con todo esto por delante, el presidente le envió un aviso.
Sin embargo, en el cuarto estuvo muy torero al recibirlo de capote, sacándolo a los medios toreando y cargando la suerte, quiere esto decir que cuando quieren saben hacerlo. Con los caballos empujó con codicia y le pegaron tapándole la salida, como es natural en los piqueros modernos, ya que no saben hacerlo de otra forma. En la faena de muleta, toreó a destajo con la izquierda y en redondos vaciaba la embestida del novillo para afuera. Decía por lo bajo un aficionado, este torero se acordará de este toro toda su vida. El novillo fue aplaudido en el arrastre y se fue al desolladero con una oreja menos, pero este trofeo no tuvo sabor para el aficionado ya que la faena no caló en los tendidos.

El tercer novillo de la ganadería titular fue devuelto a los corrales por inválido y en su lugar se corrió un burel de la ganadería El Cahoso, procedencia Juan Pedro, entre otros, el cual se quedaba corto por ambos pitones. En la faena de muleta, otra de lo mismo, se quedan cortitos novillo y torero, prolonga la faena y lo único que consigue es que el presidente le envíe un aviso. ¡Qué pena de siesta, gritaba un aficionado!.
El sexto que le tocó en suerte fue un novillo bonito de lámina y con pitones, y lo recibe perdiéndole pasos. Mala forma de comenzar la lidia de un toro. Con el caballo cumplió el burel aunque no lo picaron bien ya que la manía de tapar la salida a los toros impide la bravura con el caballo.
Con la muleta y en las series que dio, tanto en redondos como con la izquierda, el torero se gusta, pero su faena no cala en los tendidos y claro, siempre caen en los mismos errores. Pierden pasos, torean de forma ventajista y alguien debería decirles: Muchacho, hoy toreas en Las Ventas, en esta plaza hay aficionados que ven muchas corridas de toros al cabo del año y las cosas hay que intentar hacerlas bien, sino no vayas. Para hacer el ridículo, siempre hay tiempo.

Pepeillo

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