San Isidro 2004
3ª Corrida de feria. Novillada | |
Toros | De la Quinta. Procedencia. Santa Coloma- Javier Buendía |
Terna | Francisco Javier Palazón Javier Solís Roberto Galán |
Comentarios | La ocasión perdida |
Me imagino a los novilleros de ayer en la soledad del hotel, haciendo la valoración de lo que pudo haber sido la tarde y lo que fue, porque imagino que ese detalle no pasará inadvertido para ninguno de los tres y, si así es, deben dedicarse a los libros y dejar esta profesión. Creo que tardaran en encontrarse con otra novillada como esta. Cierto que los novillos salieron encastados, la obligación de los toros es embestir y si el torero se deja, lo cogen, unas veces salen con casta buena y otras mala, como ocurrió con la corrida de Escolar que inauguró la feria, lo que si está claro es que el aficionado no se aburrió. Cómo se esperaba, tuvieron un comportamiento bueno en líneas generales con el caballo, pero con la muleta, ¡hay con la muleta!. Todos se dejaron torear y era para haber roto moldes. No me gustaría que se mal interpretaran mis comentarios, por eso quiero aclarar que toda la crítica va dirigida a explicar la pena que me dio que estos novilleros dejaran escapar un triunfo como el que se les presentó. Otras de las reflexiones que siempre hago cuando ocurre un caso como el de esta tarde es ¿Que pasará por la mente de estos jóvenes, cuando en el arrastre son aplaudidos sus toros y su labor es silenciada y no precisamente por haber fallado con el estoque?. Bueno pues esto se dio en el segundo y tercero. Incluso este tuvo petición de vuelta. Palazón estuvo muy
vulgar en su primero, incluido un quite por chicuelinas. Lo
único a destacar fue cuando se cayó en la cara
del novillo y ante la inevitable cogida, le ofreció
el capote y el toro tomó la salida por él. Fue
un autoquite garboso desde el suelo. Javier Solís se encontró
con el primero de su lote, que perdía las manos en
el caballo, pero que se vino arriba en banderillas. De nada
sirvió, porque con la muleta estuvo muy por debajo
del novillo y no supo aprovechar la calidad de éste. A Roberto Galán le
ocurrió, lo que a mí entender es, lo peor que
le puede pasar a un torero: que le salga un toro bravo. El
novillo de salida se comía el capote y bastante hizo
con aguantarle. En el caballo aprieta con fijeza aunque fue
picado un poco trasero. Esperemos que tengan mas suerte en otras tardes. Más crónicas taurinas de Pepeillo,
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