San Isidro 2004
21ª de feria. Corrida de toros | |
Toros | Valdefresno. Encaste: Atanasio Fernández- Lisardo Sánchez. |
Terna | Enrique Ponce.
Aplauso de un sector de la plaza. División de opiniones.
Sebastián Castela. Silencio y silencio Matías Teleja. Silencio. Silencio. |
Comentarios | Así no se viene a Madrid |
Enrique Ponce al fin llegó,
vio, inventó y convenció en Madrid: Inventó un toro en Madrid, por fin, tiempo les ha llevado, y supongo que mucho trabajo, a sus mentores, porque elegir en las ganaderías lo que este coleta torea no debe ser fácil. Lo que diferencia a estos individuos de la afición son dos cosas: la primera, que la afición opina que a los toros hay que poderles toreando, no haciendo de auxiliar de clínica, y la segunda, que a estos “taurinos” les importa la fiesta un bledo, y a la afición no, solo van a llenarse los bolsillos lo antes posible sin importarles cómo ni de qué manera. Convenció a su público, a esos del clavel, y estos se vieron dañados en su parte más sensible cuando la afición criticó la actuación de su torero. Así que comenzaron a meterse con los plebeyos aficionados de sol porque, cómo iban a permitir ellos, los de sombra, la gente guapa, que les criticaran a su torero unos gaznápiros, total por sólo un tricherazo y unos ayudados por bajo, no reconociendo que su torero se había inventado un toro. No sé lo que cobró el torero, pero si fueron, un suponer, 20 millones de las antiguas pesetas, por un tricherazo y unos ayudados por bajo, se puede ir contento este coleta, la afición, no. La faena cumbre duró 10 minutos, y hay una regla muy taurina que dice: las faenas a los toros bravos, 5 minutos. Ponce empleó, a mi entender, casi los trece reglamentarios, y claro, al segundo aviso se encendieron todas las alarmas de la cuadrilla porque su torero podía verse con un toro devuelto. Ponce, con ese saldo de ganadería
no se viene a Madrid. Matías Tejela: su primer
toro era otro de la misma camada, y claro, con ganado de este
tipo no se atrevió ni a intentarlo. Con el encuentro
con el varilarguero no hay que destacar, solo que fue picado
trasero en sus encuentros. Con la muleta el toro es muy soso
y el torero tampoco se acopló con él, y hay
que decir en su favor que el animal, debido a su mansedumbre,
en los pases hacía los adentros tenía querencias
a tablas. Podía haberle cambiado los terrenos, eso
sí, cada vez que salía de la cara del toro llevaba
a cabo unos desplantes sinónimos de faena grande. Más crónicas taurinas de Pepeillo,
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