Una de las primeras voces disonantes que salió
de la grada fue: "Lamarca, vete ya". “Qué
pesados y atrevidos son esos plebeyos de sol, llevan toda
la feria con la misma canción, decía uno del
clavel. Claro, como no tienen ni idea de esto, pues tratan
de llamar la atención como sea, respondía otro.
Al final de la novillada se despiden con un fuerte apretón
de manos, con un “hasta el año que viene, porque
a la feria de otoño no suelen venir, apurando el último
trago de whisky. “Estos son estos aficionados del clavel.
El primer novillo era un ejemplar típico
de la casa Paco Medina, precioso de
lámina y hechuras y de dulce embestida, vamos, que
recuerda a los productos del salmantino D. Francisco
Galache, cuyos toros fueron calificados de la “dulce
embestida.
Miguel Angel Perera recibe de capotea su primero,
pero no se acopla con la embestida clara del burel, solo se
le anota una verónica sin que el novillo le toque el
engaño y cargando la suerte. Muchos capotazos le recetan
al animal, pero este aguanta todo lo que le echen, eso un
animal encastado no lo hubiera permitido, pero estos novillos
son los soñados por cualquier novillero. En la segunda
vara lo despachan con un picotazo trasero, pierde las manos,
pero no importa, aguanta, y prueba de ello es que con la muleta
es un manantial embistiendo. Al torero se le vio con mucho
sitio y aprovechó la calidad y nobleza del novillo
por ambos pitones. Hubo muletazos de manos bajas y reposadas,
destacando una serie de redondos y tres naturales largos y
hondos. Mata de estocada al rincón de Ordóñez
y el presidente, Sr. Lamarca, le concede
las dos orejas. Qué desprendido es este presidente,
cómo se nota que no le cuesta lo que da. Lo que no
sé es si recibe algo por estos regalos.
El novillo fue aplaudido en el arrastre.
En el quinto, se vio en el torero la misma disposición
y ganas de triunfo que en su anterior novillo. En la primera
vara entra al caballo con mucha codicia, pero la segunda no
existió. La faena la comienza con un pase cambiado,
ya que es muy vistoso y gusta mucho al público.
Con la muleta en la izquierda tiene buenos detalles, coge
el estaquillador por su sitio y cita adelantando la muleta
y así da una serie muy buena, tirando del novillo.
Entra a matar con decisión y cobra una estocada desprendida,
por lo que le conceden una oreja.
Morenito de Aranda recibe
a su primero con unas verónicas muy templadas bajando
las manos y un bonito remate. Pone al toro en suerte de lejos
y este se arranca, y sorpresa, el piquero no le tapa la salida
y el novillo empuja con codicia.
En el quite torea a la verónica con las manos bajas,
me gusta esa disposición de torear de capote, es una
cualidad que me ha gustado de este torero, pero el novillo
acusa el castigo recibido en el caballo.
En la segunda vara el novillo mansea y acordándose
del castigo tardea en acudir al caballo, y tienen que cambiarle
los terrenos.
Con la muleta no tiene mucho recorrido, y esto unido a que
el torero no tira de él, sufre enganchones en muchos
de los pases ejecutados.
La muñeca, ese giro de muñeca que hace que los
remates de los pases sean limpios y vistosos. No debe ser
fácil el giro de muñeca, y eso fue lo que noté
en este torero, que tiene que engrasarla para que no se agarrote
en el remate. No hay transmisión en la faena, por lo
que trata de sacar el máximo partido al novillo, pero
lo que consigue es ahogarle la embestida, perdiendo con ello
toda lucidez la faena.
Mata de una estocada arriba y recibe con ello aplausos.
En el quinto de la tarde, lo toca con suavidad pero el novillo
tiene las fuerzas justas, pero el coleta da unos redondos
muy templados. Con la izquierda, la mano con la que se ganan
los cortijos, no se acopla a la embestida del astado. Da la
impresión de que al torero le gusta más el pitón
derecho, pero el novillo se queda sin recorrido.
Acaba la faena con unos pases por bajos muy toreros y mata
de un pinchazo hondo contrario. Da la vuelta al ruedo por
su cuenta.
El novillero Ismael López
me recordó a Palomo Linares, cada uno en su sitio por
supuesto, contornea mucho la cintura cuando ejecuta los pases.
A su primer novillo se le dieron dos picotazos, ya el novillo
tenía las fuerzas justas.
Hay que destacar dos pares de banderillas a cargo de Raúl
Ruiz.
Con la muleta se le ve muy acelerado y con la forma de torear
comentada remata los pases hacia fuera en vez de a la cadera.
Con la izquierda comete los errores que ha impuesto el toreo
moderno, perdiéndole pasos al novillo en cada pase.
Concluyendo, se le ve muy poco puesto. Mata de estocada delantera
perpendicular, y recibe con ello aplausos.
El novillo que se corrió en sexto lugar de Alejandro
Vázquez, era de otra catadura a los anteriores,
no se empleó en el caballo y fue muy mal picado. Con
las banderillas Gimeno Mora está muy
profesional ante las complicaciones que presentaba el astado,
ya que embiste a arreones poniendo en aprietos a la cuadrilla
y al torero, pero los toros son así, unos de una catadura
y otros de otra, lo que no se puede admitir es el toro bobo.
Si sale complicado, pues se le da la lidia adecuada y en paz,
pero al parecer eso hoy es salirse del guión, y tanto
los novilleros como los toreros deben traer en su mente la
faena construida, supongo que con el toro soñado, el
que tiene doscientos pases y una bondad infinita, con el recorrido
suficiente que no haga falta tirar del animal. Seguramente
si fuera torero pensaría lo mismo, pero como no lo
soy, tengo que escribir lo que he visto y a veces meterme
en la piel del torero para tratar de justificar lo injustificable,
eso es lo que he hecho ahora. Claro, cuando un toro no tiene
doscientos pases y cuando no se tira de la muleta y se producen
enganchones, va y se raja, y eso ya no estaba en el guión.
Ante este novillo, Ismael López estuvo muy nervioso,
pero por lo menos estuvo e intentó hacer las cosas
ante un complicado animal. Mata de media perpendicular y atravesada,
y tres descabellos.
Pepeillo
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