Feria de otoño 2004
3-10-2004, 2ª de feria. Corrida de toros. Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo. | |
Toros | 5 de Adolfo
Martín. Encaste: Santa Coloma y Saltillo 1 de El Pizarral. Procedencia: Guardiola Soto, Antonio Urquijo y Samuel Flores. |
Terna | Luis Francisco Esplá.
Nazareno y azabache. Pinchazo y media baja. Silencio.
Bajonazo infame. Bronca. Pepín Liria. Verde botella y oro. 4 pinchazos y estocada tendida. Silencio. 2 pinchazos y descabello. Silencio. Luis Vilches: Purísima y oro. Pinchazo hondo y bajo y 3 descabellos. Aviso. Ovación. En su segundo, Pinchazo y media estocada. Tímidos aplausos. |
Comentarios | Desengaño |
No sabía qué título poner a esta humilde crónica y después de breves cavilaciones he decidido llamarla “la tarde del desengaño” ya que tanto durante la corrida como a la salida de la plaza, los comentarios que llegaban a mis oídos eran de decepción por el comportamiento del ganado. Ya se sabe “tarde de ilusión tarde de decepción”. Yo también salí decepcionado y durante la corrida el asiento de la grada me resultó demasiado duro. Qué cruces habrá hecho este ganadero para sacar lo que salió ayer por chiqueros, porque la corrida fue sosa y blanda. No me gustó ni la presentación tan siquiera, el sexto estaba fuera de tipo, en la pelea con los montados solo me gustó el segundo y el tercero, pero sobre todo, por no ser demasiado negativo. En el último tercio solo se dejaron torear el segundo y tercero, pero claro, en la línea de su encaste había que llevarlos muy toreados y estar en su sitio en todo momento. A Esplá le tocó
el peor lote, su primero lo cambiaron dos veces por
2 sobreros de El pizarral y el que le tocó lidiar
era un “tercio” de cuidado y nada
pudo hacer, pero estuvo como ausente, ya que ni puso
banderillas y la torería de otras tardes estuvo
ausente. El toro no era una joya de bravura, pero en
la primera serie que dio después de tantearlo
por alto metió la cabeza bien, pero en la siguiente
se le coló, creo que por despiste del torero
y ya no quiso saber nada de él. El primer toro de Pepín
Liria era una raspa, sólo le salvaba
la cabeza y no fue protestado porque venía de
donde venía, y Pepín Liria estuvo con
él en Pepín Liria, es decir, le salió
un toro que metió la cabeza en la muleta y el
coleta estuvo toda la faena dando pases, pero torear,
nada de nada, es una pena porque a este torero, cabal
donde los haya, le hacía falta un triunfo, y
claro como la corrida tampoco salió con la emoción
propia de su encaste, pues todo se le puso en contra.
¡Otra vez será Pepín!. Luis Vilches fue otra
cosa. Este año tuve la ocasión de verlo
también y estaba avisado que este torero tiene
un capote de seda y tiene mucho sitio, pero salió
el tercer toro, en la línea de santacoloma-saltillo,
y claro, el torero no dio el salto que merecía
la ocasión, aunque la tuvo de oro para haber
bordado el toreo, pero le faltó valor para haberle
dado la distancia adecuada y haberse hecho dueño
del “quiosco”, pero para eso hacen
falta 3 cosas: saber, querer y poder. Saber, sabe; poder,
puede, pero querer, no quiso. Todo esto es pura reflexión
subjetiva, pero ahora vamos a la realidad. A su primero
le dio 3 verónicas de ensueño, cómo
maneja el percal este torero, en su contra decir que
me pareció que el capote era demasiado grande.
¿Se imaginan unas verónicas de este torero
con un capote pequeñito como el que utilizaba
Curro Romero?. No, no se vayan por las comparaciones. El ruedo de la plaza estaba resbaladizo
y tuvo que haber alguna reclamación por parte
de los toreros porque en el segundo toro estuvieron
a punto de pasar un rastrillo a la arena, pero decidieron
echar un suplemento de arena en la zona del burladero
de cuadrillas. Más crónicas taurinas de
Pepeillo, pulsar aquí
|